La producción de pan de la canasta familiar normada en Cuba estará asegurada hasta mediados de abril, luego de la llegada de un cargamento de 24 mil toneladas de trigo al puerto de La Habana.
Este suministro permitirá reanudar la producción de harina en los tres molinos de la capital cubana, lo que beneficiará a la población en medio de la crisis de abastecimiento de materias primas que enfrenta el país.
Según informó Canal Caribe, la descarga del trigo ya ha comenzado y permitirá cubrir la demanda del pan normado hasta finales de marzo. Además, autoridades de la industria alimentaria señalaron que «se encuentra en proceso de contratación otro buque para extender la disponibilidad hasta mediados de abril».
Esta medida busca mitigar el impacto de la escasez de harina que ha afectado la producción en provincias como Matanzas y Santiago de Cuba.
Reinicio de la producción de harina en La Habana
De acuerdo a la información ofrecida por el medio estatal, el reinicio de la producción de harina en la capital es un paso clave para garantizar el abastecimiento del pan normado en el país. La Unidad Empresarial de Base de Cereales Turcios Lima ya ha comenzado a procesar el trigo descargado, lo que permitirá la reactivación de la producción en los molinos.
Sin embargo, la crisis de abastecimiento sigue siendo una preocupación. Desde septiembre de 2024, el gobierno cubano tomó la decisión de reducir temporalmente el peso del pan normado de 80 a 60 gramos, con el objetivo de distribuir la harina disponible de manera más equitativa. A la par, el precio del pan se ajustó a 75 centavos en lugar de un peso.
Escasez de harina en Cuba
La escasez de harina de trigo en Cuba responde a diversos factores, incluyendo dificultades económicas internas y restricciones en la importación de insumos esenciales. El Estado cubano atribuye esta situación al «recrudecimiento del bloqueo» impuesto por Estados Unidos, que limita el acceso a proveedores internacionales.
En Matanzas, por ejemplo, la Empresa Provincial de Alimentos informó recientemente que, pese a los esfuerzos por garantizar la distribución de harina, «el territorio no cuenta con disponibilidad para la producción del pan normado en ningún municipio». Esta situación generó preocupaciones entre los ciudadanos, que dependen del pan como un elemento fundamental de la canasta básica.