La vianda, el ajo, la cebolla, los tomates ya no se encuentran en los puestos de los carretilleros, se lamentan cubanos que dependían de este pequeño negocio de venta ambulante para adquirir legumbres, frutas y vegetales.
Cuba vive una profunda crisis energética, y la escasez de combustible y los continuos apagones están provocando serias afectaciones entre cuentapropistas como los carretilleros, y también entre los panaderos y otros elaboradores de alimentos, al punto de forzarlos al cierre de sus negocios.
Como consecuencia, la agudización de la escasez de alimentos disponibles para la población.
Es el panorama que describieron este jueves a Martí Noticias emprendedores y expertos del sector desde la isla.
En la ciudad de Santa Clara, el operador de una cafetería, Yoel Espinosa Medrano, explicó las precarias condiciones en las que intentan llevar adelante sus pequeños negocios los trabajadores por cuenta propia, mientras tienen que seguir pagando la patente y los impuestos.
“Nosotros, los trabajadores por cuenta propia, tenemos una situación muy crítica, muy fea”, por la falta de electricidad y de gas licuado, y “ya han perdido mucho dinero los productores”, señaló.
Según Espinosa Medrano, los dueños de panaderías, dulcerías y otros negocios que elaboran alimentos con el uso de electricidad, “han tenido grandes pérdidas y no se están atreviendo a producir”, señaló Espinosa Medrano.
En el municipio de Banes, en la provincia de Holguín, el cierre de puestos de cuentapropistas dificulta el acceso a los alimentos, dijo William Tamayo.
En el territorio, las afectaciones por los cortes del fluido eléctrico alcanzan hasta 16 horas consecutivas diariamente, y es total del desabastecimiento de productos básicos.
“Los cuentapropistas crean el pan para venderlo a la población. En estos momentos no hay pan en Banes porque, debido a los apagones, no pueden elaborarlo… Los hornos que estas personas usan son eléctricos”, destacó el activista.
Para el asesor de Emprendimiento, el sociólogo Ángel Marcelo Rodríguez Pita, el déficit energético y el acoso por parte de inspectores estatales, contrae al sector privado, que es el que le garantiza a la ciudadanía el acceso a los alimentos.
Por esta causa, muchos emprendedores están entregando sus licencias, subrayó.
“Muchos se han lanzado al cierre de sus negocios, los que estaban enrolados en cafeterías, restaurantes, y productores de alimentos como lo son las panaderías… Muchos de ellos tenían arrendadas un grupo de panaderías y hoy han decidido cerrarlas”, señaló Rodríguez Pita.
Añadió que “la mayoría de esos negocios dependen de esa balita de gas, y dependen de que exista electricidad para cocinar”.
La poca vianda que se vendía en la ciudad de Pinar del Río, llegaba desde la vecina provincia de Artemisa y, actualmente, por el incremento del precio del petróleo, no está llegando, explicó a Martí Noticias desde esa provincia José Rolado Cásares.
“No pueden traer de otras provincias algunos productos que se venden aquí, en Pinar del Río, por el transporte, que no hay combustible para eso”, señaló el comunicador independiente.
Mientras, desde La Habana, la economista y opositora Martha Beatriz Roque concluyó que hay una gran afectación del servicio de venta de viandas que realizaban los carretilleros por los municipios de la capital cubana.
Explicó que las mercancías que llegaban en camiones desde el campo a La Habana, y de las que los carretilleros se abastecían para venderlas en los barrios, ya no están disponibles.
“Lla gente compraba frutas, vegetales, viandas, y entonces la ponían en su carretilla, salían y la vendían. A esos camiones les han subido el [precio del] combustible. Los camiones no están llegando como llegaban antes”, aseguró Roque Cabello.
En un encuentro con la prensa oficial, el ministro cubano de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, admitió este miércoles que, a corto plazo, seguirá siendo complejo el suministro de combustible para el funcionamiento del sistema eléctrico nacional.