Pese a tener los principales embalses a más del 75% de su capacidad, 90.000 residentes en Las Tunas permanecen sin servicio de agua potable. Las autoridades de la provincia explicaron a la prensa oficial que la situación, que ya se ha extendido dos semanas, todavía durará unos días.
Tras meses con problemas en el servicio, cerca de 20.000 tuneros finalmente tuvieron un respiro semanas atrás, cuando se arreglaron los salideros del embalse El Rincón y se anunció que la presa de Cayojo había sido reparada y estaba lista para entrar en funcionamiento. Sin embargo, la estabilidad en el suministro no duró diez días por la rotura de dos bombas que tuvieron que ser enviadas a La Habana para ser reparadas e inspeccionadas, informó Jaime Chiang, gobernador de la provincia.
Los dos equipos impulsan unos 100 litros por segundo desde El Rincón, un servicio que por el momento no está recibiendo la población. Lo mismo ocurre, lamentó Chiang, con otros tantos equipos que deberían impulsar entre 150 y 160 litros por segundo desde La Cana, y que también están rotos.
Por el momento, explicó el funcionario, el territorio es incapaz de atender toda la demanda solo con camiones cisterna, por lo que se han priorizado los centros sanitarios, las escuelas e industrias vitales para cumplir los servicios diarios como la empresa cárnica y la de productos lácteos. Por último, añadió, también se asistirá con pipas a los barrios que han permanecido durante más tiempo sin agua.
Frente a otras provincias como las centrales, que comenzaron el período seco con escasas precipitaciones, u otras que se han visto desbordadas con las lluvias, como las más orientales, Las Tunas vive su etapa dorada. Los embalses han superado en 146% su media histórica, con 79 milímetros acumulados de lluvia durante el período húmedo.
El Rincón, que abastece a unos 160.000 habitantes del centro del municipio cabecera, se encuentra aliviando desde octubre pues sobrepasó su capacidad de 20 millones de metros cúbicos
El Rincón, que abastece a unos 160.000 habitantes del centro del municipio cabecera, se encuentra aliviando desde octubre pues sobrepasó su capacidad de 20 millones de metros cúbicos.
También Cayojo, con capacidad de 13 millones, y que suministra a los repartos de El Aguilera, La Victoria y algunas zonas rurales, se encuentra al 96%. En el caso de San Juárez, la presa de mayor capacidad (120 millones), actualmente presenta un 76% de llenado y sus aguas se destinan al municipio de Jesús Menéndez y a la industria azucarera Antonio Guiteras, ubicada en Puerto Padre.
Lo que los funcionarios se negaron a revelar al oficialista Periódico 26 es que tanto las presas como los sistemas de suministro –muchos construidos hace décadas y con escaso o nulo mantenimiento– son el verdadero problema.
Estaciones de bombeo, compuertas, sistemas de alivio, tuberías y hasta camiones cisternas, todos en mal estado y sin recursos para repararlos, impiden que el abasto se mantenga estable por más de diez días seguidos.
En el caso de Las Tunas, la situación se anuncia más grave que en otros territorios pues solo dos estaciones de bombeo, Colombia y Manatí, se encuentran al 100% de su capacidad.
El peor caso es el del municipio cabecera, donde se concentra el 50% de los salideros de la provincia, lo que ha obligado a la empresa de Recursos Hidráulicos a gastar un capital que no tenía previsto en la renovación de las conductoras.
Los funcionarios de Las Tunas, en espera de que se les entreguen los recursos necesarios, anunciaron con “muchísimas esperanzas” la próxima llegada de un equipo de inspección de la Dirección Nacional de Agua y Saneamiento. Es poco probable que estos, sin embargo, ofrezcan las alternativas que necesita la provincia, más allá de “proponer soluciones” y acudir a los pocos “recursos existentes en el país”.
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