HOLGUÍN, Cuba. – “Yo lo oí en el Noticiero; dijeron que era provisional hasta que hubiera más harina”, dice Esteban González haciendo referencia a la medida puesta en vigor por el Gobierno cubano el 12 de septiembre que establece la reducción del peso del pan de la cuota normada de 80 a 60 gramos de manera temporal.
Con este reajuste del gramaje, el precio del pan bajó de un peso a 75 centavos, según informó a la prensa oficial Anayra Cabrera Martínez, directora general de Política Industrial del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL).
La medida ha generado diversas opiniones en la población de Holguín. Aunque el Gobierno ha asegurado que la disposición es transitoria, los holguineros expresan desconfianza, temiendo que se trate de un paso hacia la eliminación total del pan de la cuota.
El malestar aumenta debido a la disponibilidad de pan liberado a precios más elevados en las mismas panaderías donde escasea el pan de la libreta de racionamiento.
A casi un mes de puesta en vigor la medida, CubaNet recogió opiniones entre los holguineros. “El pan vale 75 centavos, pero raras veces dan el vuelto. He protestado, pero los dependientes dicen que no tienen menudo para dar el vuelto”, dice Ramón Ochoa, vecino del reparto Alex Urquiola.
En el reparto Nuevo Holguín, Nelson Domínguez es otro de los que en varias ocasiones ha reclamado a los vendedores. “No me dan el vuelto, muchos no podemos dejárselo al vendedor todos los días. La gente ha protestado”, afirma el señor.
Aunque la nota oficial asegura que la medida es transitoria, a casi un mes de aplicada el criterio se ha polarizado: unos opinan que pronto se restablecerán los 80 gramos, otros dicen que se quedará en 60 gramos. “Pienso que la medida se mantendrá un mes más”, calcula Juan Alberto Sánchez, vecino de la calle Libertad, en el centro de la ciudad.
Sin embargo, se ha extendido la opinión de que la decisión gubernamental forma parte de la eliminación gradual del pan de la cuota normada, como ha sucedido con otros productos. “Eso llegó para quedarse, y lo irán reduciendo cada vez más hasta eliminar el pan de la libreta, como lo han hecho con otros productos. Todo indica que el Gobierno dejará el pan liberado caro y desaparecerá el de la libreta”, opina Yaquelin Ocampo.
Antes de la mencionada medida, reiteradamente se incumplían los 80 gramos establecidos para el peso del pan de la cuota por el desvío de la harina y otros ingredientes utilizados para la fabricación del producto. “La cantidad y la calidad del pan siempre ha sido mala. Ese ha sido un planteamiento histórico en las asambleas de rendición de cuentas del delegado”, dice Loida Ávila, vecina del reparto La Quinta.
La misma opinión la comparte Laritza Torres: “Según dice el Gobierno, ahora el pan de la cuota pesa 60 gramos, pero no hay mucha diferencia si se compara con el que se vendía antes”.
A pesar de que las panaderías reciben los mismos ingredientes para producir el pan, también se comenta que la diferencia del tamaño y la calidad varía de un establecimiento a otro. “En la panadería donde compra mi hijo el pan es más grande y de mejor calidad. El que me venden a mí es malo y chiquito. Eso quiere decir que en mi panadería roban más harina y aceite”, dice Mario Fernández.
Los primeros días de puesta en vigor la medida, el pan mostraba buena calidad y tamaño; sin embargo, en poco tiempo esos indicadores mermaron. “Como todo en este país, las cosas inician bien y enseguida empeoran. Al principio el pan era aceptable, pero no pasó una semana y ahora es más chiquito y de mala calidad”, afirma la holguinera Ladis Contreras.
Por otro lado, y según explicaron los funcionarios, la medida se tomó para garantizar la producción y evitar afectar a los consumidores. No obstante, en reiteradas ocasiones la venta del pan ha fallado por falta de harina. “Terrible, no hubo pan ni ayer ni hoy. Si acaso mañana lo venderán”, dice Israel Lorenzo, quien compra en una bodega del reparto Piedra Blanca.
Es llamativo que en las mismas panaderías estatales donde no hay pan de la cuota normada se vende de forma liberada un pan conocido como telera. “No hay pan por la libreta, pero están vendiendo telera liberada a 35 pesos”, dice visiblemente molesta Olga Lidia Hernández.
Esta inexplicable situación también indigna a Xiomara Rodríguez. “Eso no lo entiende nadie, que en la misma panadería no haya pan por la libreta y haya telera liberada. Eso no se entiende, como nada se entiende en este país donde todo está al revés”.
“Cuando no hay pan los más afectados son los niños que se van para la escuela sin desayunar y los padres tenemos que comprar el pan en la calle al precio que sea. Hay personas que pasan hambre porque no tienen dinero ni para sacar la bolita de pan de 75 centavos”, termina Rodríguez.
