MADRID, España.- Este 7 de enero se cumplen 109 años del nacimiento de Chano Pozo, un ícono indiscutible en la historia de la música cubana y una figura fundamental en la evolución del jazz.
Originario de Marianao, Cuba, Chano Pozo demostró un prodigioso talento musical desde temprana edad. A los 14 años, ya se había establecido como un percusionista profesional. Guiado por los consejos de figuras como Rita Montaner y Miguelito Valdés, Pozo emprendió su viaje hacia Nueva York en 1946, fecha en que ya era conocido en la Isla por éxitos como “Blem Blem Blem” y “Pin Pin Pin”, así como por su participación en el espectáculo Congo Pantera en Tropicana.
La colaboración con el trompetista estadounidense Dizzy Gillespie catapultó a Chano Pozo a la fama internacional. En 1947, el también músico cubano Mario Bauzá, recomendó a Pozo a Gillespie, quien quedó fascinado y lo incorporó a su grupo. Esta unión dio lugar a una revolución musical, con la creación de un nuevo género conocido como “Cubop”, una fusión única de jazz y ritmos afrocubanos.
Clásicos inmortales como “Manteca” y “Tin Tin Deo” nacieron de la genial colaboración entre Pozo y Gillespie. La primera presentación conjunta en el Town Hall de Nueva York, en 1947, fue descrita por el escritor Marshall Stearns como un evento que dejó al público en un “silencio de sobrecogido respeto”.
Chano Pozo también colaboró con otros grandes de la música de la época, como Charlie Parker y Billy Eckstine.
El 3 de diciembre de 1948 Chano Pozo sería asesinado en el Río Café & Lounge, en Harlem, Nueva York.
Los detalles de su prematura muerte, cuando solo contaba 33 años, nunca quedaron esclarecidos. Algunos afirman que ocurrió el día 2, y que el arma homicida fue un puñal. También hay discrepancias sobre los motivos; pero la versión más apoyada por los investigadores es la relatada al escritor Leonardo Padura por Mario Bauzá.
“La noche del 3 de diciembre, Chano, Miguelito Valdés y yo estábamos citados para un debut en un bar, y yo estuve por la tarde cambiando unos cheques de viaje que tenía. Como todavía faltaba un rato, me quedé en la casa oyendo la pelota de Cuba, en un radiecito que tenía, cuando me llaman por teléfono y me dicen: ‘Oye, Mario, acaban de matar a Chano. En Lennox, entre la 111 y la 112. Entonces me puse a averiguar y supe que la muerte de él fue prefabricada por otra persona, por la envidia que volvió a despertar aquí, por haber triunfado y tener dinero”.
Los restos de Chano Pozo fueron trasladados a La Habana y sepultados en el Cementerio de Colón. “Sin Chano ya esto no es lo mismo”, dijo Gillespie tras su muerte.
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