La prensa oficial no pierde pie ni pisada al ajedrecista camagüeyano Carlos Daniel Albornoz. No es para menos. En un panorama tan árido como el del juego ciencia de la Isla, el Gran Maestro –a punto de cumplir 23 años– ofrece las pocas victorias relevantes en torneos internacionales de las que la Federación Cubana de Ajedrez puede presumir.
Fue el caso del certamen Carlos Torre In Memoriam, celebrado en la ciudad mexicana de Mérida del 14 al 19 de diciembre, en el cual Albornoz terminó como campeón, tras cinco triunfos y tres tablas. La partida decisiva, contra el argentino Leonardo Tristán, acabó en empate pero le permitió alcanzar –por tercera vez en su vida– la corona de ese concurso.
El cubano, que jugaba con piezas blancas, abrió con el peón de la dama y ejecutó varios ataques efectivos. Dominó en pocos movimientos el flanco central del tablero y asfixió a Tristán. El argentino, no obstante, cambió su suerte al colocar su dama en g2 hacia el décimo tercer lance. Albornoz salvó la situación trayendo a la dama blanca a proteger al rey, y frustró nuevamente el jaque de su contrincante.
El cubano, que jugaba con piezas blancas, abrió con el peón de la dama y ejecutó varios ataques efectivos
En el lance 31, cuando ambos jugadores contaban con material bastante potente –las dos damas, dos torres y, en el caso del cubano, un caballo–, pactaron tablas. Fue suficiente para que, como ya había ocurrido en 2018 y 2019, Albornoz se llevara el título de campeón.
La reacción de Granma no se hizo esperar: los resultados de Albornoz en el Carlos Torre –siete puntos de los nueve posibles– eran “inalcanzables” para cualquier jugador que no fuera “el mejor ajedrecista de Cuba”, pese a su “corta edad”. El joven, añadía, “cerró por todo lo alto” 2023, mientras que, por su parte, la revista oficialista Jit remachaba que “su nombre ‘suena’ desde hace varias temporadas en torneos nacionales y fuera de casa” y que “exhibe un talento capaz de llevarle a mejores resultados en el futuro inmediato”.
El aluvión de elogios a Albornoz, un jugador de cuyo calibre no hay duda, recuerda al que la prensa oficial dedicó hace años a los maestros Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón. La intención de presentar al camagüeyano como esperanza del ajedrez cubano luego de que Domínguez y Bruzón rompieran con la Federación Cubana fue bien entendida por los lectores de la prensa oficial.
“Menos mal que están surgiendo nuevos y jóvenes talentos luego de que Leinier y Bruzón se nos ‘rajaran'”, escribía un comentarista anónimo en Cubadebate cuando Albornoz ganó, en 2019, el campeonato nacional cubano. Otro lector, presagiando que el joven aprovecharía alguna competencia internacional para exiliarse, ironizaba: “¡Tenemos lo que tenemos! ¡Hay que tratar de mantenerlos dentro de las 12 millas náuticas!”.
“Menos mal que están surgiendo nuevos y jóvenes talentos luego de que Leinier y Bruzón se nos ‘rajaran'”
Albornoz, sin embargo, ha viajado a España, Azerbaiyán, México, República Dominicana y otros destinos, y siempre ha regresado a la Isla. Sus padres, según afirmó en una entrevista, no viven en Cuba.
No obstante el talento de Albornoz, que ostenta hoy 2.599 puntos Elo, le falta mucho camino por recorrer antes de poder compararse con Domínguez, actual número 7 entre los mejores del mundo. Con 40 años –una edad que supera la media entre los jugadores de élite– y 2.751 puntos Elo, Domínguez sigue siendo el mejor ajedrecista cubano de todos los tiempos después de José Raúl Capablanca, y es uno de los pocos que puede dar una batalla de categoría a verdaderos genios del ajedrez moderno, como su colega en la Federación de EE UU –y encarnizado rival– Fabiano Caruana.
El cubano, que está en uno de los mejores momentos de su carrera, no tuvo un buen desempeño en el torneo Sunway Sitges (Barcelona), y se retiró en la quinta ronda el pasado 16 de diciembre. Domínguez había acudido a la competencia con el objetivo de vencer a filipino nacionalizado estadounidense Wesley So y alcanzar una plaza en el Torneo de Candidatos, que se celebrará en Canadá, pero fue derrotado por el maestro indio A. Pranav.
Alegando razones de salud, Domínguez abandonó el certamen. “Tenía todo el deseo del mundo de lograr un lugar en el Torneo de Candidatos”, dijo en una entrevista. “Simplemente, arriesgo demasiado si continúo. Pude haber jugado mejor. No me arrepiento”.
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