LA HABANA, Cuba.- A finales de los años noventa, yo era un recién graduado de la Facultad de Periodismo y Brayan Peña, un joven pelotero que acababa de quemar la liga en un torneo de categorías inferiores. Recuerdo haberlo visto en un encuentro al que fueron invitados varios de los mejores atletas del país, y allí le tomé unas declaraciones que al día siguiente publicó un diario nacional.
Poco tiempo después me enteré que el prospecto de la receptoría había tirado el ancla en Venezuela, aprovechando la ocasión de un campeonato mundial juvenil. A la sazón él apenas tenía 16 años, pero ya para entonces tenía decidido que quería vivir fuera de Cuba.
“Yo solo era un gordito de La Habana” y “un jugador de pelota bastante decente”, rememoró en una conversación con la peña Virtual Martín Dihígo. “Si me atrapaban tratando de desertar, las consecuencias habrían sido devastadoras”.
Para fortuna suya, no lo atraparon. Abandonó el hotel de la concentración a través de una ventana abierta en el baño, montó en el carro de un amigo y en ese mismo instante comenzó una nueva vida que lo llevó a vestir cinco uniformes (Atlanta, Kansas City, Detroit, Cincinnati y San Luis) en el mejor béisbol del mundo.
Cierto es que le costó ser habitual en los line ups —solo llegó a la centena de partidos por campaña durante su paso por los Rojos—, aunque también hay que atender a que estuvo presente en los rosters de 40 entre los años 2005 y 2016.
Su retiro no significó el adiós a los diamantes. Peña le puso fin a su carrera activa con 36 abriles, y la seriedad profesional que mostró siempre terminó por abrirle la puerta de puestos de dirección en diversos niveles de la organización de los Tigres. Fue así que, a la vuelta del tiempo, alguien tuvo la iniciativa de darle las riendas del equipo Cuba independiente, amparado por la Federación Profesional Cubana de Béisbol (FEPCUBE).
De la noche a la mañana, la nómina de la escuadra consiguió reunir a un montón de elementos reconocidos como Aroldis Chapman, los hermanos Gurriel, Yandy Díaz, Jorge Soler, Aledmys Díaz, Yennier Cano, Cionel Pérez, Rangel Ravelo, Henry Urrutia, Leonys Martin, Yunesky Maya y Odrisamer Despaigne.
Incluso el veterano Eddie Oropesa pidió espacio en las filas de un elenco que debía debutar oficialmente en la Serie Intercontinental de Barranquilla, Colombia, prevista para efectuarse del 25 de enero al 1 de febrero. Sin embargo, a última hora se supo que el certamen se había cancelado por “motivos ajenos” a sus organizadores.
A estas alturas del juego, en un panorama que combina ilusiones destrozadas con ansias de resurrección, he vuelto a acercarme a Brayan Peña en un escenario muy distinto de aquel en que lo conocí hace más de dos décadas y media.
—¿Hasta qué punto ha sido frustrante lo sucedido con el torneo que debió celebrarse en Colombia?
—Ante todo muchas gracias por esta oportunidad. Te diré que estamos muy decepcionados porque teníamos muchos pero muchos deseos de representar al cubano libre, a nuestros hermanos y hermanas, de la forma bonita y especial que nos da el béisbol. Somos una federación que trabaja por el bienestar de ese cubano aguerrido que se sacrifica todos los días para hacer algo especial por su familia, e intentamos brindarle un rato de alegría y esperanzas desde nuestra humilde esquina.
—¿Cuántos jugadores habían tomado parte en los entrenamientos realizados? ¿Cuáles eran sus expectativas y estados de ánimo en la preparación?
—Tuvimos poco más de 50 peloteros. Logramos una buena respuesta de nuestros jugadores de Grandes Ligas, de los de Ligas Menores, de los de la agencia libre, y también teníamos hombres que juegan en diferentes ligas invernales. Pienso que en el entrenamiento hubo mucha emoción y mucha calidad, se sentía el cariño y el respeto entre todos los que han tenido que ver con este gran proyecto. La idea es seguir dando lo mejor de nosotros y FEPCUBE seguirá adelante sin importar los obstáculos.
—¿Qué line up y rotación de pitcheo tenía en mente utilizar?
—Al respecto lo que puedo decirte es que iba a tener una mezcla de bigleaguers en activo, bigleaguers retirados que volvieron por una causa justa y peloteros en ascenso. Hace poco hicimos un juego de exhibición contra los Tiburones de Miami Dade College y como sabes ganamos 3×2 con una alineación de ese tipo. Todos los que estuvieron en el roster ese día tuvieron un turno al bate. Fue una experiencia única, y todos fueron parte de algo grande. Estamos muy agradecidos a Dios por ponernos en esa posición.
—Después de esta mala experiencia, ¿qué perspectivas de respaldo internacional le ves a FEPCUBE?
—Tenemos que seguir haciendo lo correcto, dando la cara por el cubano libre y el profesionalismo para que el mundo se dé cuenta de que nosotros lo que estamos es para apoyar, para ayudar, para defender un principio sano.
—¿Por qué decidiste abandonar una delegación cubana en el exterior?
—Decidí hacerlo porque quería ser un pelotero profesional, ayudar a mi familia económicamente y explorar algo diferente a lo que estaba viviendo. Quería tener una visión de la libertad. Gracias a Dios y a las personas que me han ayudado a ser el hombre que soy ahora.
—Pese a que no llegaste a ser titular indiscutido, conseguiste permanecer durante doce temporadas en el máximo nivel. ¿A qué se lo atribuyes?
—Al sacrificio, al trabajo, la convicción, la responsabilidad de llevar la bandera del pelotero cubano. A la posibilidad de seguir los pasos de esos líderes beisbolísticos como Luis Tiant, Tany Pérez, René Arocha, Euclides Rojas, Orlando Hernández, José Ariel Contreras, Jorge Luis Toca, Rey Ordóñez, que nos abrieron los ojos para que entendiéramos que el béisbol es mucho más grande de lo que podría pensarse. Nunca me di por vencido porque lo que tenía en mi corazón era muy grande.
—¿Qué fue lo que más afectó tu adaptación a la pelota de Grandes Ligas?
—El idioma. Al principio fue muy difícil pues nunca lo estudié. Todavía lo estoy mejorando. Yo aprendí a leer y escribir el inglés debido a que en el televisor en vez de poner los subtítulos lo que ponía era el caption y eso poco a poco me fue familiarizando con el idioma.
—Fuiste considerado un catcher muy oportuno en los bullpen. ¿Qué características tuyas daban pie a ese criterio?
—Porque nunca dejé de esforzarme y nunca le puse reparos al trabajo. Para mí era muy importante mantenerme en el nivel superior más allá del rol que se me encomendara, consciente de que cada vez que me dieran la oportunidad de salir al terreno iba a dar lo mejor de mí.
—¿Cuáles son las metas inmediatas de Brayan Peña?
—Seguir aprendiendo, porque el béisbol lo exige. Seguir aportando a la juventud, a nuestros peloteros, y para eso tengo que prepararme. Por ese camino, cuando llegue el momento estaré listo para lo que Dios me tenga preparado.
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