Los campesinos de Pinar del Río se ven obligados a cultivar tabaco en condiciones sumamente precarias, a pesar de que esta provincia produce el 65% del tabaco cubano. El reciente paso del huracán Ian agravó la situación al destruir el 90% de las casas de secado, vitales para procesar las hojas.
Fuentes locales denuncian que más de 20 toneladas de tabaco recolectado en 2022 se dañaron por las intensas lluvias al no tener donde secarlas adecuadamente. Pese a esta realidad, las autoridades celebraron en Italia un festival sobre el tabaco cubano sin mencionar la crisis que sufren los productores.
Inicialmente se planificó sembrar 11.200 hectáreas en Vueltabajo para esta campaña, pero apenas se han logrado 5.150 hectáreas, el 46%, a semanas de finalizar la etapa de siembra. Solo 3.456 de los 4.556 campesinos previstos han podido iniciar el cultivo.
A esto se suma que muchos campesinos rehúsan sembrar tabaco porque el régimen aún les adeuda pagos de campañas anteriores. Ante la desconfianza y las exigencias del cultivo, varios se han reconvertido a productos como flores y frutas.
Los tabacaleros pinareños siguen viviendo en la incertidumbre, sin garantías de cobrar sus salarios y obligados a trabajar en condiciones infrahumanas que el régimen oculta. La grave situación demuestra el abandono del sector agrícola y la industria tabacalera en Cuba.
