Friday, November 1, 2024
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Armando Añel: “La represión adopta innumerables formas”

En los últimos años la vida de Armando Añel como autor se trenzó con la de organizador cultural. Los festivales Vista, celebrados en Estados Unidos y Colombia, fueron una suerte de Hay Festival de escritores y artistas cubanos de todos lados. Un espacio para pensar el arte en libertad y el arte libre, sin los grilletes ideológicos o las coerciones del castrismo.

Con el apoyo de Idabell Rosales, “que siempre fue el alma de estos eventos”, reconoce el propio Añel, armó un festival para el reencuentro de colegas y amigos, y de la tradición literaria cubana con lo contemporáneo. Aquellos encuentros “demandaban, y nuevamente demandarían, mucho brío”.

Añel ha sido, además, un autor enfocado en Cuba. Tanto en la de antes de 1959, rastreando la historia del Instituto Edison, como en la más actual, con su reciente libro Policía, policía, ¿tú eres escritor?

El volumen, que reúne entrevistas y reflexiones de Añel en torno a la violación de la libertad creativa en la isla, se une a otros clásicos del tópico como La Estrategia del Verdugo (Amir Valle, 2019), editado por la independiente Neoclub Editores, del propio Añel.

La peculiaridad del libro Policía, policía, ¿tú eres escritor? es que conecta esa larga sombra represiva en Cuba con el exilio. Tácticas y maneras de censurar y perseguir que llegan a la diáspora cubana parecen hacer asomar el espíritu del “biranato”.

YS. ¿Qué criterios de selección seguiste para incluir a los testimoniantes en el volumen?

AA. Principalmente que sus testimonios siguieran el hilo conductor del libro, dedicado a revelar los procedimientos, motivaciones y tendencias del neocastrismo cultural en Cuba y el exilio. Luego también trabajamos a partir de la espontaneidad de las redes, particularmente de Facebook, donde amigos y colegas dieron un toque de frescura y agudeza al volumen.

YS. ¿Cuáles fueron los principales hallazgos del libro?

AA. Tienen que ver, creo yo, con los capítulos dedicados a la penetración policiaca, castrista, de la cultura exiliada, y las razones que hacen posible semejante fenómeno. Pero esta probablemente sea una pregunta con respuestas divergentes según quien sea el lector. 

YS. ¿Cuál es tu historia personal de represión en la Cuba socialista?

AA. Es una historia larga, empezando ya en la escuela primaria y secundaria, donde mis dibujos furtivos de grupos musicales como los Bee Gees y los Beatles, tras ser descubiertos, atrajeron la ira del profesorado, y pasando por mi etapa de roquero adolescente. Recuerdo los festivales de rock de Coppelia ya en los ochenta, donde varias veces fuimos reprimidos militarmente. Los boinas rojas nos cargaban en camiones para “circularnos” en unidades policiales donde permanecíamos encerrados por varias horas. Solo por bailar y tener el pelo largo.

La represión adopta innumerables formas en Cuba. Durante mi breve paso por el periodismo independiente, entre 1998 y 2000, se manifestó sobre todo en la presión sobre familiares y amigos, la vigilancia y la difamación. 

Curiosamente, estas dos últimas modalidades han trascendido el espacio geográfico de la Isla y continúan operando incluso en Miami.

YS. ¿Qué expectativas tienes con el libro Policía, policía, ¿tú eres escritor?

AA. Espero resulte esclarecedor de cara a la realidad sociocultural cubana y, aunque sea fugazmente, ponga a pensar con la cabeza a tantos intelectuales y artistas que solo saben “pensar” con su ego. 

YS. Si es tan nocivo para la libertad de expresión y cátedra, ¿por qué a tantos intelectuales les excita la idea del socialismo como sistema, incluso en los Estados Unidos?

AA. Otra pregunta capaz de generar muchas respuestas diferentes. Cito un fragmento del libro:

El oficialismo cultural es y ha sido siempre elitista. Defiende sus intereses. Y está el delicado tema de la supervivencia utópica. Lo advertía el venezolano Carlos Ball inspirado en Robert Nozick: La generalizada animosidad de los intelectuales hacia el capitalismo “se basa en un profundo resentimiento, al creer que el mercado no premia el verdadero valor de las personas sino más bien a aquellos que satisfacen los gustos y deseos del populacho”. 

La punta del iceberg de la trama oculta: de la mecánica del descontento a la cultura del rehén a la que se ha referido Adrián Morales. Lo advertía también el desaparecido profesor Adolfo Rivero Caro: “Es difícil vivir en el capitalismo, es demasiado revolucionario”.

YS. ¿Cuáles son los principales retos para entidades culturales independientes en el exilio como editoriales y revistas?

AA. Si ya de por sí es un reto leer en este nuevo tiempo vertiginoso de las redes sociales, la posverdad y la democratización de la exposición, imagínate cuán complicado lo tendrán las entidades culturales independientes, sobre todo aquellas empeñadas en desarrollar proyectos de calado. 

Siempre la cultura en profundidad ha sido cosa de exiguas minorías, pero ahora, cuando el populismo se come un león de marcha atrás, lo es exponencialmente. 

A todo esto hay que agregar la labor de zapa que contra estas entidades culturales independientes realiza, incansablemente, el neocastrismo ya mencionado y sus cómplices por activa o por pasiva. Esto también se aborda en el libro.

Nota

Biranato: vocablo que alude a la dinastía de los hermanos Fidel y Raúl Castro, en atención a su lugar de origen: Birán, pequeña localidad de Cueto, en Holguín.

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