SAN LUIS POTOSÍ, México.- Grecia, Turquía, Estados Unidos y más destinos ha podido disfrutar Antonio Castro, uno de los hijos del fallecido dictador Fidel Castro.
Las exclusivas vacaciones de “Tony” y su vida privilegiada han quedado expuestas en redes sociales y medios de noticias que no han tardado en documentar la vida de uno de los herederos de la familia real de los Castro.
En 2015 su vida de opulencia fue objeto de polémica luego de difundirse instantáneas suyas en Turquía y Mykonos, Grecia. Los diarios turcos informaron entonces que Antonio Castro había reservado cinco suites para él y sus amigos en un hotel cinco estrellas de Bodrum, a donde llegó en un barco desde Mykonos.
Los medios no aclararon si el yate, de 50 metros de eslora, era alquilado o de su propiedad. Los paparazzi hallaron a Tony en tierras turcas y fueron sacados a empujones por guardaespaldas.
Del yate al golf y de nuevo al yate
Nada en la vida de “Tony” se asemeja a la vida de cualquier otro cubanos. El hijo de Fidel gusta de los autos de lujo, paseos caros y deportes poco comunes entre los ciudadanos de la Isla.
Hace 10 años trascendía que en la 64 edición del Torneo de Pesca de la Aguja “Ernest Hemingway”, en la náutica que lleva su nombre, el equipo ganador fue el cubano, a bordo de la embarcación “Santy”.
Según pudo comprobó la prensa independiente, el yate traía consigo a Antonio Castro Soto del Valle.
No solo ese sino también otros torneos accesibles para pocos ha protagonizado Castro.
Y es que en abril de 2013, Antonio Castro ganó la quinta edición del torneo de golf Copa Montecristo, en Varadero, organizado por las empresas Palmares S.A., Habanos S.A., la compañía Esencia y la agencia de viajes Cubanacán.
Mientras el pueblo padecía la crisis, él, hijo de quien prohibiera el golf tras hacerse con el poder, gastó altas sumas de dinero por el torneo.
Inicialmente, desembolsó 150 dólares de inscripción y luego dejó 266 USD diarios por la estancia en un hotel cinco estrellas.
Su vida profesional, también de privilegios
Nacido en 1969, Antonio Castro se graduó de médico y se especializó como cirujano ortopédico. Sin estar relacionado con su especialidad y sin saber a ciencia cierta cómo llegó a ese trabajo, en algún momento comenzó a trabajar como médico del equipo nacional de pelota.
En su labor viajó bastante aun a competiciones donde no participaría su equipo. Durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, a pesar de que el béisbol no figuraba entre los deportes en competencia, al Castro se le vio pasear por la ciudad británica y posar rodeado de guardaespaldas.
Luego de varios años vinculado al equipo Cuba, y como vicepresidente de la federación cubana de esa disciplina, fue nombrado como vicepresidente de la Federación Internacional de Béisbol (IBAF, por sus siglas en inglés).
En 2016, su carrera dio un giro cuando se convirtió en embajador de la Federación Internacional de Judo (IJF, por sus siglas en inglés). De este puesto, rápidamente fue ascendido a Presidente de la Comisión Médica de esa institución, un nombramiento que tiene hasta la actualidad.
En la reseña de la Federación no se hace alusión alguna a los méritos deportivos o profesionales del menor de los Castro. Únicamente se señala que es hijo del dictador.
“Antonio Castro Soto del Valle es uno de los cinco hijos de Fidel Castro y su esposa, Dalia Soto del Valle. Antonio es médico y un apasionado del deporte”, escribió la IJF al anunciar a sus emnajadores.
Como parte de la IJF también ha viajado por el mundo. Ha participado en competiciones de élite como citas del orbe, Grand Slams y Grand Prix en diferentes países, como Hungría y Japón.
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