Wednesday, November 27, 2024
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Ante la situación deplorable del transporte en Cuba, el Gobierno mira hacia el sector privado

El Gobierno no sabe aún cómo integrar a los privados en el transporte de pasajeros para que sea atractivo, pero lo estudia. Lo contó el ministro del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, este jueves en una Mesa Redonda en la que ofreció los deplorables datos de su sector, ante los que la participación de las mipymes se hace imprescindible.

Esto no es nuevo, recordó, puesto que los cuentapropistas y cooperativas ya han estado presentes en la actividad, pero ahora hay más de 350 mipymes, dijo, dedicadas a transportación de pasajeros, de carga, de talleres, de reparación de viales, de producción de componentes y de piezas de repuesto. Todas ellas pueden contribuir a mejorar el deprimido sector.

Ahora bien, ¿cómo hacer atractiva la incorporación del sector privado? El Gobierno aún no lo sabe. Rodríguez Dávila expuso bien el problema. Cuando para mantener las tarifas, los vehículos en marcha o el combustible la empresa tiene pérdidas, el Estado las respalda con el presupuesto. Esto no ocurre con otras formas de gestión, que invierten en el arrendamiento y mejoras o en la compra de un vehículo y después no tienen cómo cubrir la inversión, ya que los precios de los trayectos están regulados, aunque admitió que falta control para que eso se cumpla.

“Realmente con las empresas estatales hemos estado acostumbrados a trabajar de una manera, pero con las formas de gestión no estatales tenemos que trabajar de otro modo”

“Realmente con las empresas estatales hemos estado acostumbrados a trabajar de una manera, pero con las formas de gestión no estatales tenemos que trabajar de otro modo. El fin es el mismo, la prestación de un servicio acorde a los estándares que espera nuestra población, pero la forma de abordarlo no es igual. Tenemos que aprender cómo hacerlo bien, es un sistema de negociación en el que hay varios actores poniendo las reglas del juego”, afirmó. El ministro dijo que se trabaja en un grupo junto con Naciones Unidas “para el perfeccionamiento de las relaciones público-privadas, tomando las experiencias del mundo”.

Rodríguez Dávila animó también a las entidades estatales a que arrienden vehículos que tienen paralizados a las mipymes, puesto que, sostuvo, en ocasiones se niegan por miedo o desconocimiento. Pese a ello, más de 1.000 medios de transporte se han alquilado a privados y otras empresas públicas. “Tenemos muchas variantes pero nuestra visión es tratar de que tanto la empresa estatal como la no estatal puedan desarrollar sus actividades con eficiencia, porque eso definitivamente deriva en un mejor servicio al pueblo”, señaló.

“¿Cómo el Estado no puede arreglar un vehículo y el privado sí? Hay que ver dimensiones. No es lo mismo un carro que 500, pero también hay preocupaciones vinculadas a los precios y al control de las actividades de transporte”, dijo.

Antes de llegar a ese punto, Rodríguez Dávila había deprimido a los espectadores con una cascada de datos espeluznantes sobre el estado del sector, por tierra, mar y aire. La causa, una vez más, es la falta de divisas. Un ómnibus nuevo está en unos 200.000 dólares, una locomotora en 3 millones y un barco o un avión, mucho más. Piezas de repuesto o materiales para fabricarlas también se adquieren fuera de la Isla, y eso limita las opciones, dijo el ministro, que no mencionó los donativos o la cooperación china y rusa, principalmente, que alivian en algo la situación.

Otros números: las empresas provinciales de transporte trasladaron a 902 millones de viajeros en 2017, frente a 274 previstos para este año

En cifras, Rodríguez Dávila dijo que se han podido recuperar 1.500 medios de transporte que estaban parados. “Lo que pasa [es] que lo recuperas y luego tienes la limitante del combustible o con el mismo nivel de actividad se vuelven a dañar”, admitió. Los gráficos que se mostraron dejan datos desoladores. En 1986, gracias a años de subsidio soviético, se produjo el pico máximo de pasajeros en la Isla, 2.236 millones; pero en 1998 el desplome llegó a menos de 500 millones, por debajo del período republicano. Aunque la intervención venezolana, las reformas y el deshielo permitieron recuperar fuelle y en 2017 se llegó a mover a 2.275 millones de pasajeros, el pasado año cerró con apenas 1.008.

Aunque no hace falta ir tan atrás. Otros números: las empresas provinciales de transporte trasladaron a 902 millones de viajeros en 2017, frente a 274 previstos para este año. En La Habana, donde menos efectos ha tenido la situación, se prevé solo un 37% de los viajeros que hubo hace cinco años, mientras Cienfuegos (11%) y Holguín (12%) son las que peor proyección tienen.

“En La Habana están trabajando menos de 300 ómnibus, una ciudad que en la década de los 80 llegó a tener 2.500 ómnibus y hace apenas cuatro años, 600”, expuso Rodríguez Dávila.

No está mejor la situación aérea, donde se han restablecido los vuelos nacionales a Santiago de Cuba y Holguín, pero no hay a Camagüey y Gerona, porque el avión está averiado. Todo a pesar de que Rusia ha contribuido. “Recientemente, recibimos un TU-204 de fabricación rusa que fue modernizado y que se pondrá en explotación próximamente y tenemos un IL-96 y algunos ATR que son los que pueden ayudar más de manera interna en el país”. También se intenta adquirir alguna nave con inversión extranjera para renovar la flota, añadió.

En cuanto al catamarán y el ferry, se turnan. Rodríguez Dávila recordó que este último estaba parado por falta de combustible, pero ahora volverá a funcionar. Eso sí, para suspender el ferry, que necesita mantenimiento. Y por último el ferrocarril del que dijo que, pese a las demoras, mantiene estabilidad y cumple los tiempos de recorrido. “Existe un nivel de satisfacción de manera general”, aseguró.

El 50% de los trenes de mercancías no funciona y, aunque se trabaja en recuperarlos –gracias a los talleres, coches y locomotoras de la cooperación internacional– el proceso es lento

Esto es diferente en el caso de la carga. El 50% de los trenes de mercancías no funciona y, aunque se trabaja en recuperarlos –gracias a los talleres, coches y locomotoras de la cooperación internacional– el proceso es lento. “En la misma medida que tú vas recuperando hay otros medios que estaban funcionando que dejan de funcionar por nuevas dificultades”, lamentó. Todo esto a pesar de que la carga ha disminuido por la reducción del volumen de compra. “Prácticamente estamos transportando la mitad que hace cuatro o cinco años (…) de acuerdo a las posibilidades de la economía”, detalló.

Además, Rodríguez Dávila dedicó unos buenos minutos a la situación de los viales, causantes de un gran número de accidentes, como se ha advertido en muchas ocasiones. Esta vez, el ministro lo admitió sin excusas. “Se ha producido un deterioro que no logramos contener y los viales tienen un problema, que es la falta de solución oportuna al sufrimiento de baches, grietas”, explicó.

La razón, nuevamente, la atribuyó a la escasez de divisas, en especial para la adquisición de materiales, aunque también de las piezas para la maquinaria que repara. “Muchas veces la limitante del combustible hace que no seamos capaces ni de producir el árido ni de colocarlo después”, agregó. Por eso también prevé que, además de otras administraciones municipales, provinciales y ministerios que administran algunas vías, contribuyan las mipymes; de hecho, informó de que ya hay una –estatal– que trabaja en la fabricación de material asfáltico. “Vamos de una manera más activa también a la forma de gestión no estatal en la reparación de los viales, vamos a reordenar también de conjunto con el Ministerio de Finanzas y Precios a revisar las fuentes que se pueden utilizar para el financiamiento, porque muchas veces tenemos el asfalto pero no hay presupuesto para pagar esa actividad”, expuso.

Por último, en cuanto al vetusto parque de vehículos, el ministro dijo que se está revisando la política para avanzar “en el reordenamiento de la comercialización de vehículos en Cuba”. Desde que se aprobó en marzo el Decreto 83 que permite la compra de estos a precios mayoristas, se han vendido 1.000 vehículos. Esa norma eliminaba las restricciones a la potencia de las motos eléctricas, una mejora que, para el ministro “compensa de alguna manera la disminución de los ómnibus trabajando en la capital”.

“Detrás de cada ómnibus, tren y otros vehículos que circulan está el esfuerzo de muchas personas que lo hacen posible cada día; y cuidar lo poco que tenemos es una de las premisas para salir adelante”, dijo Rodríguez Dávila en el acostumbrado alegato final motivacional.

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