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Este 17 de octubre se cumple el quinto aniversario del fallecimiento de la Prima Ballerina Assoluta
Hace cinco años, un día como hoy, una noticia estremeció al mundo: falleció la legendaria bailarina cubana Alicia Alonso. Su virtuosismo y su técnica insuperable en el arte del ballet parecían fuera de este mundo, y muchos creyeron que sería eterna.
Aunque su presencia física en la Tierra fue como la de cualquier mortal, sigue viva en el recuerdo de todos los que la vieron bailar, en el corazón de su pueblo, en cada uno de los bailarines formados con el estilo y la metodología de la escuela cubana de ballet, de la cual es su máximo exponente; así como en el accionar del Ballet Nacional de Cuba, compañía que continúa el legado de su fundadora.
Alicia será siempre figura trascendental en la historia de la danza clásica, en su Patria y en el mundo. Además de ser una de las grandes bailarinas del siglo XX, también se destacó como coreógrafa, maestra, directora y promotora de la danza. A través de su arte, logró situar a esta pequeña isla del Caribe entre los países más representativos del ballet.
En cada movimiento suyo estaba presente la idiosincrasia de su tierra: el sentido del ritmo y la peculiar forma de moverse los cubanos. Luchó y consiguió popularizar el arte del ballet en Cuba, y otro grande de la cultura nuestra, Alejo Carpentier, la definió como la Artista Nacional.
Su presencia escénica era hipnotizante. A la perfección de su técnica se sumaban a su histrionismo y la capacidad increíble para apropiarse del estilo de cada ballet, del sentir de cada personaje y hacerlo suyo. Cada movimiento, cada gesto, por pequeño que fuera, estaba lleno de gran sensibilidad. Cada actuación era única.
Las interpretaciones de Alicia se distinguían por el virtuosismo técnico e interpretativo. No pocos críticos coinciden en que ha sido la más grande de todas las Giselle.
El año pasado, como homenaje por el aniversario 80 de la primera vez que interpretó este personaje, la editorial española Ediciones Cumbres publicó el libro ilustrado Alicia Alonso. Giselle: El instante eterno.
La editora de este título, la periodista, escritora y promotora cultural, Mayda Bustamante, lo concibió «no como una recopilación exhaustiva de su andadura por este rol, sino que busca el momento de destello definitorio, un recorrido por sus rincones más relevantes, tal como la vieron sus contemporáneos, las frases que la catapultaron en el monumento que es: horcón universal del ballet».
Entre las opiniones recopiladas en el texto, está la del crítico Arnold Haskell: “¿Cómo puedes interpretar Giselle si Giselle eres tú? Tu obra permanecerá mucho tiempo después que hayas dejado de bailar”. Quien ha dejado una huella tal continúa vivo en el alma de la cultura.
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