Los cubanos llegaron a la Navidad de 2024 en un panorama signado por la crisis energética, la falta de alimentos y medicinas, el éxodo masivo de ciudadanos y la existencia de más de 1.000 presos políticos.
MIAMI, Estados Unidos. – La actual Navidad podría ser “la peor” que afronta la Isla desde 1959, advirtió el sacerdote cubano Alberto Reyes en una entrevista con Martí Noticias. La crisis energética, la falta de alimentos y medicinas, así como el éxodo masivo de ciudadanos y la existencia de más de 1.000 presos políticos, configuran un panorama incierto que incide directamente en la celebración de esta fecha tradicional, restaurada formalmente en 1998 tras la visita del papa Juan Pablo II.
Reyes, quien creció en la década de 1970 marcado por un ambiente de “persecución y burla” hacia los creyentes, señaló que las circunstancias actuales superan las penurias de épocas pasadas. “No solo es la peor Navidad desde 1959, sino quizás de nuestra historia, tanto por la precariedad (…) como por este momento de tanta incertidumbre”, afirmó el presbítero.
Asimismo, explicó que la incertidumbre radica en la imposibilidad de vislumbrar un cambio político y social capaz de aliviar las condiciones de vida de las familias cubanas.
A pesar de las amenazas de detención y de actos de repudio en su contra, el sacerdote católico ha preferido permanecer en la Isla y alzar la voz. Sostuvo que la Navidad, definida por un mensaje de “gozo y esperanza”, llega a un país sumido en “apagones, escasez y dificultad para encontrar cualquier tontería”, lo cual imposibilita a muchos recibir con alegría la víspera navideña. Además, lamentó la situación de gran parte de la población que no vislumbra mejoría alguna para el año próximo.
Ante el rol del Gobierno en esta crisis, el sacerdote criticó la falta de voluntad de las autoridades para mejorar las condiciones de los cubanos. “¿Cómo es posible que al pueblo que verbalmente dicen cuidar, proteger, defender, lo estén sumiendo en tanta miseria y no hagan nada para que (…) mejore?”, cuestionó.
Añadió que, si bien la represión y la vigilancia son constantes, esta tampoco es una vida tranquila para los dirigentes, quienes, a su juicio, deben vivir “en alerta” ante el temor de que las protestas sociales puedan desbordarse.
Sobre las personas encarceladas por motivos políticos, Reyes expresó: “Lo primero que les diría es gracias. Gracias por haber alzado la voz, por haber tenido el coraje de salir a las calles y gritar lo que todo el mundo piensa”.
El sacerdote camagüeyano también reconoció la dureza de pasar la Navidad tras las rejas y enfatizó la importancia de evitar el rencor. Para sostener la esperanza, apeló a la fe en Dios y en la fuerza interior de los cubanos. “Cuando Cristo estaba en la cruz, empezó a rezar ese salmo que ya sabemos cómo empieza (…). En realidad no es un salmo de desconfianza”, recalcó, destacando que la confianza y la perseverancia podrían conducir eventualmente a la ansiada “libertad plena”.
