SAN LUIS POTOSÍ, México.- Este viernes, en un “movimiento de cuadros” decretado por el gobernante Miguel Díaz-Canel y aprobado por el Consejo de Estado y el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista, fue destituido el otrora ministro de la Industria Alimentaria Manuel Santiago Sobrino Martínez.
En su lugar, fue promovido al cargo Alberto López Díaz, gobernador de la provincia de Villa Clara y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
López Díaz, de 56 años, figura en su cargo al frente de la provincia desde 2020, tiene una curiosa trayectoria laboral en la que figura una Licenciatura en Construcción de Maquinarias en el Instituto Superior Pedagógico “Félix Varela”.
Su síntesis curricular, divulgada en sitios oficialistas cubanos, evidencia que, como en tantas otras designaciones del régimen, López Díaz nada tiene que ver con la industria alimentaria. Sus estudios y trayectoria laboral posiblemente hundirán más en la crisis a los cubanos que padecen la falta de alimentos.
El Licenciado en Construcción de Maquinarias dirigió dos empresas, una de ellas, de Servicios Técnicos Personales.
La otra, Universal Villa Clara, es una empresa de comercio mayorista de bienes de consumo e intermedios no alimenticios para el Sistema de Comercio Interior.
Ecured reseña, además, que trabajó en el Politécnico Fabric Aguilar. Las razones por las cuales empezó a escalar en la esfera política cubana se mantienen en una incógnita.
López Díaz fue secretario y vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular hasta que en el año 2020 fue elegido gobernador de Villa Clara.
Se desconoce si mantiene una amistad cercana con Díaz-Canel, pero lo cierto es que el recién electo, de Villa Clara como el gobernante, parece de ser de la suficiente confianza como para situarlo al frente de una decadente industria alimentaria.
El ministro cubano de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino Martínez, intentó justificar la escasez de alimentos que sufren los cubanos.
Al referirse a la leche como “alimento muy sensible” el ministro reconoció que su producción en el país “no satisface todo lo que se consume y hay que importar importantes volúmenes de leche en polvo para asegurar los consumos mínimos indispensables”.
Achacó la escasez de leche y otros alimentos al embargo estadounidense contra el régimen cubano, y refirió los altos precios de los productos en el mercado internacional.
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