LA HABANA, Cuba. – El intelectual cubano José Gabriel Barrenechea Chávez recibió el pasado 5 de diciembre la primera visita familiar desde que fuera enviado al reclusorio La Pendiente, de Villa Clara. De esta forma, trascendió que su estado de salud continúa deteriorándose, al punto que quienes le han visto manifiestan temor por su vida, según informó el pastor cubano Mario Félix Lleonart Barroso.
En entrevista para CubaNet, el reverendo precisó que “José Gabriel está muy delgado. Obviamente estuvo en una huelga de hambre de la cual ni siquiera se ha podido reponer”. Su información proviene de personas cuya identidad no puede revelar, por motivos de seguridad, pero que “han dado fe de la situación” y están muy preocupadas por la vida del escritor.
“Está muy inquieto, muy preocupado, pero, más que por él mismo, por su madre, que es una anciana enferma a quien prácticamente le tenía que hacer todo. Ahora tiene a su hijo preso y, más que ayudarla, él es un motivo de preocupación para ella”, amplió el entrevistado, quien es fundador y coordinador del Instituto Patmos.
Fue la segunda oportunidad, en casi un mes, que la familia pudo visitarlo desde su arresto el pasado 8 de noviembre, por participar en las protestas pacíficas que tuvieron lugar en Encrucijada, donde reside. La Fiscalía pretende enjuiciarlo por el supuesto delito de “sedición”, alegando que incitó a los manifestantes a tomar las calles.
Sin embargo, en una carta enviada desde la prisión el periodista describió que la protesta tuvo un carácter espontáneo, masivo y pacífico, y que “no tuvo otra intención que reclamar la reposición de la corriente eléctrica, tras 45 horas sin ella”.
En el texto, además, aclara que durante la manifestación se limitó “a mantener el orden al evitar algún roce entre manifestantes y autoridades, de lo que ellos mismos, si no faltan a la verdad, podrán dar fe”. Al mismo tiempo, denunció que su arresto responde a una estrategia del régimen para silenciar sus críticas.
“En mi caso se me mantiene encerrado para acallar a un crítico, en sus análisis y publicaciones, de la gestión del Gobierno, y de las posibilidades reales del sistema sociopolítico cubano para sacar al país de la crisis en que se encuentra sumido”, reza en la carta.
“Es un ciudadano con un concepto de civismo enorme, sería la última persona en el mundo que acudiría a la violencia. Los cambios para Cuba los quiere por la vía pacífica, de la no violencia”, subrayó Lleonart Barroso. “Invitamos a los cubanos a levantar la voz por Barrenechea y por todos los miles de presos políticos cubanos, porque cada uno de ellos es importante”, agregó el líder cristiano.
El mes pasado, a nueve días de su arresto, unos 200 activistas, periodistas y políticos de Cuba y de otros países firmaron una misiva para exigir la liberación del intelectual, justo cuando llevaba a cabo una huelga de hambre.
En 2019, Barrenechea descubrió que se encontraba “regulado”, un eufemismo que usa el régimen para prohibir la salida del país a periodistas independientes, activistas opositores y críticos en general. Al escritor tampoco se le permite trabajar en Cuba.
De sus libros, Tubular Bells y otros relatos (Neo Club Ediciones); Cuba, una isla entre la apatía y la Revolución, y José Antonio Saco se queda sin argumentos, menos de 10 ejemplares han conseguido burlar la vigilancia de la Aduana de la república e ingresar al país.