El activista cubano Julio César Góngora llegó a Estados Unidos con una visa humanitaria luego de vivir la represión constante de la dictadura cubana.
Góngora viajó a EE.UU. para “atenderse una herida abierta que según él denunció el régimen se negaba a operar”, informó el periodista Rolando Nápoles en X.
En abril pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a favor de Góngora, considerando que enfrenta una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable para su vida en Cuba. Esto fue dado a conocer por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), quien representó al activista.
En la Resolución 21/2024, la CIDH exige al régimen cubano que adopte medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad de Góngora Millo, que pueda continuar sus labores de defensa sin ser hostigado, y que investigue los hechos denunciados internacionalmente.
La resolución detalla una serie de actos represivos sufridos por el activista debido a su labor opositora, así como su delicada situación de salud provocada por la falta de atención médica adecuada. Se menciona que tiene una cistostomía permanente y una herida abierta en la zona pélvica desde hace años, con alto riesgo de infección.
Según la CIDH, se le ha negado atención médica especializada e intervención quirúrgica por ser considerado “disidencia” y “oposición” al gobierno. Además, se le ha impedido acceder a su historial clínico y se le ha negado una resonancia magnética, supuestamente por ser una “persona contestataria al sistema político”.
La CIDH señala que existirían órdenes del Ministerio del Interior cubano para no tratar la situación de Góngora, y que los eventos que enfrenta el activista tendrían como objetivo prohibirle celebrar reuniones con su organización e impedir su participación en actividades cívicas independientes.
