No se habla de otra cosa este lunes en las calles habaneras que del arroz. La noticia publicada este domingo por la prensa oficial del desembarco en el puerto de Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba, de 25.000 toneladas (más de medio millón de sacos de 50 kilogramos) destinadas al mercado racionado creó la expectativa previsible, pese a que Cubadebate dejaba claro que la carga es para el oriente de la Isla y no terminará de distribuirse hasta dentro de dos semanas.
De igual manera, Canal Caribe ofreció imágenes del desembarco de la carga para las cinco provincias orientales “aunque se garantiza también en el resto del país”. En los sacos de arroz se lee la procedencia, Uruguay, de dónde zarpó el carguero Eco Bushfire, con pabellón de Islas Marshall, tal y como confirmó este diario a través de páginas de geolocalización marítima.
Cuando casi se cumple la mitad del mes de diciembre, en muchas bodegas del país y de la capital aún no reciben el grano, pieza fundamental en las mesas cubanas.
Algunos de los establecimientos que sí recibieron el producto, en Nuevo Vedado, por ejemplo, abrieron de manera excepcional este domingo, lo que acredita la desesperación de los ciudadanos. De la mermada canasta básica, el arroz es el producto más demandado, y su retraso es un duro golpe para las familias que no pueden pagar la libra de arroz a los precios del mercado liberado, más de 170 pesos en algunos lugares.
Los clientes de la bodega de la calle Pérez, en el barrio de Luyanó, tuvieron suerte, porque sí llegó el ansiado alimento. En las miradas perdidas de la gente en la cola eran palpables el hambre y la tristeza. Sin embargo, muchos de los que esperaban en la cola terminaron abandonándola al comprobar la mala calidad del arroz, de origen desconocido, a diferencia del grano que llegó a Santiago de Cuba. “Es de ese que le dicen indio, amarillento vaporizado, que no sabe bien”, se quejaba una mujer de unos cuarenta años, que además protestaba porque solo trajeron tres libras por persona, en lugar de las siete libras correspondientes.
Quienes no pueden permitirse comprar alimentos fuera del racionamiento se encuentran en una situación crítica, a pesar de los intentos del Gobierno para tranquilizar a la población. El mes pasado, por ejemplo, el viceministro primero del Ministerio del Comercio Interior, Yosvani Pupo, compareció en televisión nacional para asegurar que la canasta básica de las últimas semanas del año estaba garantizada. Ya pasaba del día 15 de noviembre y, al igual que este mes, la distribución del arroz se estaba retrasando.
La producción autóctona, tal y como muestran algunas informaciones recientes en la prensa provincial, no da ni dará en un futuro cercano para cubrir las necesidades de la población. Con las esperanzas puestas en la importación, los cubanos salivan con cada buque de carga que llega, como el de este domingo.
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